El blog de D.W. Nichols Autora de novela romántica y erótica

lunes, 9 de abril de 2012

"Amotos" literarias

Corrigiendo lo que escriben los demás, hace que parezca que debería tenerlo más claro cuando soy yo la que escribo. Quiero decir, si corrijo a otros ¿qué más fácil será corregirme a mí misma?

Pues no es así. Corregir mi propio texto es como encontrar defectos en uno de mis hijos. 

¿Defectos? ¿Mis hijos? ¿Estás de broma, no? Nuestros hijos no tienen defectos, así sean unos hijos de la gran puta. Con perdón de la gran puta. Igualmente, nuestros propios textos pueden ser una autentica mierda, pero son los nuestros, oye, y los queremos así tal cual, con sus defectos incluidos. ¿Qué importa que una coma no esté donde corresponde? ¿O que un tiempo verbal esté completamente descolocado? Nadaaaa, no importa nada. La ortografía, la gramatica, la sintaxis... son meros recuerdos de lo que estudiamos y a la hora de crear, no tienen ninguna importancia.

Soy como estos muchachos para los que la palabra "dicción" es un insulto, y que cuando alguien les reprende porque no han pronunciado bien una palabra (la frase entera, mas bien) miran sorprendidos y exclaman:

--Pero tú me has entendido, ¿no? 

Y así nos quedamos si no tenemos quien nos corrija. Con nuestras "amotos" literarias llenas de fallos, pero nosotros felices, al fin y al cabo, son los hijos de nuestras entrañas. Y los amamos.